Las precipitaciones de barro típicas de esta época del año o la simple acumulación de suciedad pueden acabar dañando gravemente la pintura de tu vehículo. ¿Quieres saber por qué? Sigue leyendo y descubrirás cómo el polvo deteriora la carrocería de tu coche y por qué la limpieza periódica del vehículo es la mejor arma para combatirlo.
¿Por qué se acumula el polvo en la carrocería?
Por mucho que guardes tu coche en el garaje, es inevitable que el polvo se vaya acumulando progresivamente en la carrocería.
En este sentido, el polvo no es más que un conjunto de partículas que flotan en el aire y que se depositan en los objetos hasta formar una capa de suciedad.
La composición del polvo y diferentes factores medioambientales determinarán que la suciedad se acumule con mayor o menor facilidad, dependiendo en gran parte de la zona en la que vivas (no es lo mismo que aparques el coche habitualmente cerca de la playa, en una casa de campo o en una gran ciudad).
Ante esta situación, solo hay un remedio efectivo para luchar contra el polvo: limpiar tu vehículo regularmente.
Cómo el polvo acaba dañando la pintura
La excesiva presencia de polvo hará que la suciedad acabe rayando la pintura de tu coche y se adhiera a los bajos del vehículo, convirtiéndose en un foco de corrosión que debe ser eliminado cuanto antes.
Además, cuanto más se acumule el polvo en la carrocería más difícil será de limpiar, aumentando el riesgo de que al lavarla arrastres una capa de polvo que pueda arañar la pintura.
Para evitar cualquier riesgo, te recomendamos que dejes el lavado de tu coche en manos de profesionales.
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