¿Quieres saber cómo cuidar la carrocería de tu coche para que esté en perfecto estado el mayor tiempo posible? Te ofrecemos unos consejos sobre las precauciones y los cuidados que debes tener para combatir a los 5 elementos que más dañan la pintura de tu coche.
1. No lavar y encerar el coche con regularidad
La limpieza regular del coche es la mejor aliada para mantener impoluta la pintura de tu coche.
Si no lavas el coche de manera habitual el polvo y la suciedad harán que la carrocería pierda brillo progresivamente. Asimismo, encerar el coche al menos dos veces al año no solo mejorará significativamente la estética de tu vehículo, sino que protegerá la pintura contra la suciedad y los agentes externos.
2. Lavar tu coche con productos inadecuados
Para proteger la pintura de tu coche no vale lavarlo de cualquier manera. Si utilizas un jabón no específico para el lavado de vehículos (pueden ser muy abrasivos con la pintura), gamuzas de poca calidad, si lo lavas a pleno sol…estarás dañando gravemente la carrocería y hasta es posible que dejes marcas cuando se seque la pintura.
Si quieres evitar problemas y dejar el lavado de tu coche en manos de profesionales, en Autolavado Entenza dejaremos tu coche como nuevo empleando productos específicos de máxima calidad para cada zona del vehículo (partes cromadas, tapicería, llantas, plásticos del coche, etc).
3. El sol
En la medida de lo posible, debes evitar que tu coche esté expuesto al sol de manera prolongada (especialmente en verano y en las zonas centrales del día) para evitar que la pintura se degrade y pierda su brillo e intensidad de color.
4. Otros agentes externos que dañan la pintura de tu coche
Debes tener en cuenta que los excrementos de pájaro, las resinas, el salitre y cualquier otro agente externo que se adhiera a la superficie del coche dañarán la pintura, los cromados y los plásticos de tu coche si no se eliminan rápidamente.
Así, elementos como la arena o la sal que se echa a las carreteras en invierno pueden rayar la pintura o adherirse a los bajos del coche, convirtiéndose en un foco de corrosión que debe ser eliminado cuanto antes.
5. No reparar a tiempo arañazos, golpes, abolladuras y rayones
Por mucho que te esmeres en cuidar la carrocería de tu vehículo, tarde o temprano aparecerá un pequeño roce, golpe o abolladura que, si no se repara con celeridad, pueden acabar convirtiéndose en un problema de mayor importancia.
En este sentido, cualquier agresión que sufra la carrocería, dañe la pintura y exponga el metal puede ser una fuente de corrosión y oxidación para el coche, especialmente si vives en una zona costera o de climatología predominantemente húmeda.